HABLAR DE DINERO
No es que unas monedas, un fajo de billetes o un cheque nos despierten estas emociones, sino que durante generaciones hemos escuchado afirmaciones como:
- No se puede ser rico y honrado
- Nadie se hace rico si no es robando
- El dinero no crece en los árboles
- Sólo puedes ganar mucho si trabajas como una mula
O por el contrario:
- No se puede vivir sin dinero
- Con que tú tengas es suficiente
- Nadie se hace rico regalando
- Todo vale con tal de tener cuanto más mejor
Otras muchas afirmaciones escuchadas en nuestra familia, en nuestro barrio, en la televisión o en el trabajo han creado en nosotros patrones de pensamiento y comportamiento que dificultan la natural relación del ser humano con las cosas materiales. Me gustaría sugerir a todos los que estáis leyendo esto que habléis sobre el dinero con naturalidad, sin comparaciones, sin envidia ni deseo, sin juicio, y sin sentirse culpable cuando a uno le va bien. Hablemos de dinero como una realidad más que nos rodea y con la que podemos relacionarnos desde el ser espiritual que todos somos.
ESPIRITUALIDAD Y DINERO
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¿Eres tacaño/a? ¿No compartes lo que tienes? ¿Te escaqueas de pagar? ¿Te aprovechas cuando los demás son generosos o poco asertivos?
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¿Eres capaz de todo por dinero? ¿Mientes en tu trabajo para obtener más beneficios económicos? ¿Sabes que esto tiene sus consecuencias en tu vida?
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¿Te lamentas cuando otro gana mucho? ¿Envidias a los ricos? ¿Estás obsesionado con tener grandes riquezas? ¿Odias el exito ajeno?
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Tal vez eres de los que presume de lo que gana… ¿te pavoneas de tus altos ingresos? ¿Te jactas de poder comprar cosas caras? ¿Te gusta ofrecer a los demás invitaciones o regalos para mostrar tu nivel económico? ¿Das limosna con prepotencia?
Gracias!