Cada vez que recibo mensajes de los Guías o hago una lectura privada recibo claramente el Amor que nos tiene el Creador. Si quien nos ha creado piensa que todos somos geniales y maravillosos, ¿por qué tú no piensas lo mismo de ti?
La práctica es la mejor escuela, por eso necesitamos una vida (o miles de vidas) para recordar lo hermosos que somos en esencia. Puede que, de tanto escucharlo o leerlo empieces a verlo como una posibilidad, pero, ¿puedes aplicárselo a otros? Aunque tú estés aprendiendo a apreciarte, ¿por qué no aplicas para los demás el mismo principio? Si tú eres de la Fuente y eres maravilloso en tu esencia, los demás también lo son, ¿o no?
Cuando comencé a pasar consulta como terapeuta uno de los grandes problemas de la mayoría de mis pacientes, así como el mío propio, era la autoestima. Realmente mucha gente tiene problemas con su autoestima y/o con su autoimagen. Muchas personas requieren meses, tal vez años, de terapias larguísimas para empezar a gustarse a sí mismos. No pocos echan la culpa a sus progenitores creyendo que si sus padres no los amaron, ellos no pueden amarse. Esta idea puede valer durante un tiempo o para algunas personas, pero, ¿cómo explicamos esta falta de estima cuando los padres nos han amado, halagado y valorado?
Por desgracia, la terapia clásica se queda corta en muchos casos, no en todos, por supuesto, pero sí en muchas consultas. Por ese motivo yo me dirijo al Cielo: ¿Qué puede hacer una persona que no se gusta o que no se quiere a sí misma?
Y el Cielo responde:
“… que se mire como lo mira su Creador. No importa el aspecto físico, ni las medidas ni las tallas. Querida Alma, no importa tu inteligencia ni tu trabajo, pues quien te quiere sólo por eso, en realidad no te quiere. Si dependes de la opinión de otros, cuando cambien sus ideas, sus gustos o incluso la moda, sentirás de nuevo que no eres hermoso, interesante o digno de ser amado. ¿En serio crees que tu Creador te hizo con defectos? No es así. La Fuente te pensó perfecto y feliz, pero bajas a la Tierra para aprender a amar lo que eres con el aspecto que tengas. Por ello, en unas vidas serás hermoso por fuera y en otras no, y así podrás desarrollar el auto-amor y el amor a los demás como son. Acaso, ¿no quieres a tu hijo si es poco agraciado? ¿No le amas si no es buen estudiante? ¿Lo rechazas si no está sano? Ni los animales hacen eso si no es para proteger a la especie.
Mírate con el Amor infinito que te miramos desde arriba y dite cada día a ti mismo:
Tú eres un Alma perfecta que no se acuerda de ello, por eso, mírate adentro, en el corazón, en el lugar donde se conectan tu Alma y la mano del Creador, y entonces verás la belleza que tienes, seas o no hermoso por fuera, pues tu Luz ilumina todo lo que la rodea. La belleza nunca es física, quien sólo mira lo de afuera sólo encuentra hermoso o feo lo de afuera. Y tú, ¿eres lo que otros ven o lo que hay en el interior? Te amamos en cualquiera de las formas en que decidas encarnar. El Creador, la Fuente de amor de la que vienes te honra seas como seas. Haz lo mismo contigo y con los demás, porque así tu belleza interior emanará belleza exterior. Cuando sólo cuidas el envase te alejas de esta gran verdad: La Belleza está en el interior. Ámate y embellecerás. Así es”.
Gracias, gracias, gracias