¿Cómo imaginas que empezará el curso? ¿Estás temiendo la vuelta a la oficina y la factura de los libros? Tal vez eres de los afortunados que se toma ahora su merecido descanso, pero, ¿con qué actitud?
A veces necesitamos «vacaciones de uno mismo», como decía Manolo García.
Pero uno no puede huir de sí mismo, así que, tanto si te vas como si vuelves, ¿en qué piensas? ¿Qué estás proyectando para tu vida cotidiana? ¿Qué estás alimentando?
Visualiza que todo irá bien, que los problemas se resuelven y que puedes con todo. Imagina que hay un plan mayor para todo acontecimiento en tu vida, y siente cada minuto como si aún fueran vacaciones. En el fondo, si tu mente está en Babia, no es muy diferente la playa de la oficina porque no estás disfrutando, ¿me equivoco?
Toca volver al trabajo, a la rutina y a las obligaciones. Hay muchas cosas que no vas a poder cambiar de tu vida, pero puedes elegir llevarlas lo mejor posible. También puedes dedicarte a recordar con nostalgia el tiempo pasado. El doctor Bach te diría que estás en un estado «honeysuckle» o madreselva. Pero también puedes sentir rabia y frustración porque lo bueno se acabó. Podrías caer en depresión, justificándote además por el eclipse, la luna, la astenia otoñal, la dieta inadecuada, el debate de investidura, o qué se yo. Pero no es real. Lo real es: ¿Qué actitud escoges en estos momentos?
Si pudiera preguntarle a los Maestros y Guías espirituales que todos tenemos, me dirían sencillamente:
Os preocupáis demasiado. Disfrutad este momento, el ahora. haced lo correcto, cuidad el cuerpo y meditad. Lo demás, es energía gastada, masoquismo, miedos creados, patrones mentales anticuados y falta de conexión. Si estuvierais seguros de que todo es sólo una experiencia con sentido espiritual profundo, y que parte de ese sentido incluye luchar por vuestras metas como humanos pero aceptar las cosas como son, seríais mucho más felices.
Fijaos en el pasado. Eso que tanto temías el año pasado, ¿ocurrió? La mayoría de vuestros miedos no se cumple nunca. La parte inevitable de la vida, como la muerte, por ejemplo, es más sabio aceptarla que renegar contra ella, pues os guste o no, todo lo que es inevitable sucederá. Pero mientras las cosas negativas llegan, ¡para qué sufrir!
Mira a ver si estas vacaciones has estado pensando en el trabajo o en los problemas. si es así, tal vez no te has ido de vacaciones. Y es una pena, porque ahora te pasarás once meses pensando en las próximas. y cuando lleguen, no estarás presente y sufrirás de nuevo ¡voluntariamente!

Así que les pregunté a mis propios Guías:
– ¿Qué he de hacer ahora?
Y Ellos, con el Amor con el que nos miran a todos, me entregaron algo parecido a un cofre lleno de paz interna.
– Con esta «paz interior» no puedo pagar la hipoteca, ni hacer talleres ni pasar consulta -les dije.
– Al contrario – aclararon con ternura- sin esta paz interna no podrás disfrutar la existencia. Sin esta paz interna no puedes sentarte a escribir, no puedes asumir lo que no te gusta. Te enfadarás por todo, comerás mal y dormirás poco. Esta paz interior es necesaria en vacaciones y durante la semana, deberías llevarla siempre contigo. No puedes esperar a que sea día libre para estar tranquila. El reto del Alma es estar tranquila en todas las circunstancias. Que la disfrutes.
Tomé la imagen de la pequeña arca y la guardé, confiando en que cada día, sea lunes o sábado, septiembre o abril, yo sea capaz de ser un ser humano conectado a la Luz. Y eso mismo es lo que os deseo a todos.
El curso comienza y volvemos a las relaciones con los compañeros de trabajo, al pago trimestral, a la fila del supermercado, y todo ello puede ser vivido desde la esencia de Luz que todos somos. Feliz vuelta a la cotidianeidad, o como dicen los franceses, feliz «reentré».