Conocí el mundo de la terapia alrededor de los dieciocho años. He tenido suerte con los terapeutas y sistemas que he conocido, pues, en general, han sido bastante honrados. Han cometido sus errores y no siempre me han podido o sabido ayudar, pero al menos no he encontrado nadie a quien denunciar por motivos indecorosos o por un comportamiento poco ético. Sólo puedo pensar en algunos bastante inexpertos en su campo, nada que no se solucione con experiencia, al igual que en cualquier otra profesión. Sin embargo, más de veinte años después me reafirmo en algo que siempre intuí: los demás pueden ayudarnos pero la clave la tenemos nosotros.
Como terapeuta espiritual puedo ayudarte a ver qué ocurre, de dónde nace el problema y cómo reducirlo o eliminarlo, pero la solución definitiva no depende de mí, sino de ti. Da igual quién te diga qué cosa si tú no das los pasos en la dirección correcta. Por ello, no dudes de que si realmente deseas ser feliz, tu mejor terapeuta eres tú. Los demás, profesionales o aficionados, sólo podemos colaborar contigo para que tú encuentres tu solución, la tuya, la que más afín sea a tus intereses, ideas y sentimientos. Nadie puede imponerte un camino u otro: has de escoger qué paso vas a dar.
Pero no basta con decir: “ok, lo entiendo, haré lo que debo”. ¡Hay que ponerse en marcha!
¿No tienes trabajo? Muy bien, ¿qué estás haciendo por encontrar uno? ¿Te lo tomas en serio? ¿O te frenas tú solo? ¿Qué piensas del trabajo? Revisa tus conceptos y elimina los obstáculos.
Quieres encontrar una pareja, pero ¿qué ofreces tú? ¿Eres abierto, amistoso, educado, honesto y fiel? Si no lo eres, ¿qué tipo de compañero o compañera eres? ¿A tí te gustaría salir con alguien como tú?
De nada sirve tratar una enfermedad si no aprender también la lección emocional, espiritual o kármica que trae aparejada. ¿Crees que tu patología ha sido cuestión de puro azar? Nada ocurre por azar. ¿Por qué no observas tu actitud ante la enfermedad? Tal vez puedas ayudarte a sanarte mucho antes de lo que crees. ¿Qué no estás haciendo “bien” en tu vida? Tal vez tenga que ver con tu sufrimiento y tu dolor. Obsérvalo.
¿No estás haciendo lo que te gusta? Muy bien, y ¿quién te lo impide? No puedo creerme que tu madre/padre/marido/mujer/jefe/jefa/amigos o hijos puedan mandar en tu vida. ¡No me lo creo! Es más, ¡no te lo crees ni tú! ¿No diriges tu vida? ¿Acaso dejas tu destino en manos de tu terapeuta/maestro/gurú/tarotista/párroco/médico)? Pues no sé si deberías… pero al fin y al cabo, el único responsable de tu vida y de tus decisiones eres tú. Las decisiones vas a padecerlas: al menos, decide tú.
Tu terapeuta puede decir lo que le dé la gana, pero tú has de escoger el camino adecuado para ti. Nuestra misión terapeútica es ayudar, no imponer, obligar, chantajear, exigir… Lo único que un profesional puede pedirte es cumplir tu parte del acuerdo: puntualidad, ganas de mejorar y pago de honorarios. Si no cumples tu parte el terapeuta puede romper su acuerdo contigo, esto es lógico, pero no puede obligarte a dar paso alguno que tú no desees.
Contacto a diario con Guías y Maestros espirituales que nos ayudan a progresar y perfeccionar la Luz que todos somos. Pero ninguno de ellos puede escribir al ordenador, ni puede llamar por teléfono, ni estudiar por mí ni nada por el estilo. Nadie puede hacer lo que debes hacer tú. Así que ve a por tu felicidad, es decir: ¡¡Mueve el culo!! Ahora mismo. No me aburras con tus historias, con tus desdichas y tu auto compasión. La vida es maravillosa a pesar de que en este momento para ti sea más o menos un pozo lleno de estiércol, pero si tú no haces lo que te corresponde NO VA A MEJORAR. ¿Me explico?
La terapia (si es buena) ayuda mucho a quien la solicita porque nos permite comprender cosas de las que éramos inconscientes o desconocedores, pero ninguna terapia sirve de nada sino te pones manos a la obra tras la fase de comprensión. Hay que realizar el cambio. Hay que convertir lo que comprendemos en realidad. Así es como puedes llegar a lograr tus objetivos personales y por supuesto, espirituales, que es a lo que realmente viene cada uno de nosotros a este planeta.
Bueno, te dejo. Tienes mucho que hacer. Ahora. Ya.
La vida es corta y la Tierra es un planeta de cambios que está en plena ascensión, es decir, que están llegando los tiempos de ser uno mismo, de perder los miedos y de ser feliz. Ya no hay excusa. No estás en el siglo XVII: nadie va a detenerte ni a cortarte el cuello por ser tú mismo. Escoge el trabajo que te guste (mejor aún, lo que viniste a hacer), relaciónate desde el amor no por obligación, y no pierdas tu tiempo. Si no crees en cada, perfecto. Si crees en el Amor, practica. Y, una vez más, necesitamos que seas feliz, que estés en paz contigo y con los demás, y que aumentes tu conciencia, pues tu evolución nos ayuda a los demás en nuestra evolución.
Busca tu paz y colaborarás con la paz del mundo (planeta, animales y plantas) desde casa, casi sin esfuerzo. La Humanidad lo necesita. Gaia lo necesita. Yo te necesito. Sé feliz. Ahora. Muaks.
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