Cuando alguien se define como un “maestro espiritual”, empezamos mal.
Una cosa es tener una preparación y recibir ese “título” debido a que enseñamos a otros, y otra cosa es la presentación grandilocuente y rodeada de ego de aquellos que se definen a sí mismos como maestros. Por un lado, alguien que se ha formado y ha experimentado el campo en el que es más experto que tú, puede enseñarte mucho, como un profesor a un alumno. En ese caso, hablamos de maestros de Reiki, por ejemplo. En mi opinión, esto es correcto.
Pero como afirma el canalizado Kryon, “los Maestros no existen”. Me refiero a que nadie puede jactarse de enseñarte algo en el terreno espiritual, pues si presume de ello, ¿cómo va a ser un maestro? La maestría en algo se logra con la práctica, ojo, no con el tiempo. Al igual que un duelo se supera con la aceptación, no con el paso de los días. ¿Se entiende? Creo que sí.
Si un maestro o una maestra es alguien que te enseña cosas que no sabías (o que habías olvidado), entonces te diré que una flor del campo es una gran maestra. Un pequeño caracol te enseña cosas que tú no sabes, o has olvidado. Un gato, aunque tenga quince días de vida, te enseña lecciones que desconoces (o no recuerdas). Deseo que este blog, además de exigir muchas horas de mi tiempo y paliar mi adicción a escribir, me permita ayudarte a ti a avanzar, así que, por favor, haz esta tarea: Mira a tu alrededor y haz la lista de las personas, animales o plantas que te enseñan algo. Las rosas me enseñaron la paciencia; los girasoles, la individualidad. Las perras preñadas me enseñan el amor incondicional; los pájaros del campo, la confianza absoluta. Como verás, ninguno de ellos está titulado ni mucho menos federado en nada, pues un alma evolucionada no requiere titulación alguna. ¿Quiénes te enseñan a vivir? Esos son tus mejores profesores.
Por otro lado, cuando estás ante un maestro de Reiki, de Registros, de Yoga, Ayurveda, Acupuntura, Meditación… esperas que sea poco menos que perfecto. ¡Esto es horrible! Si aún no lo has comprobado no tardarás en comprender que es un humano exactamente igual que tú, simplemente, tiene más conocimientos o más experiencia en un terreno determinado.
Recuerdo una breve anécdota de un discípulo que pidió a su maestro que lo acompañara a comprar zapatos, a lo que este se negó. Y el discípulo, insistiendo, le dijo: Ven conmigo, tú eres un gran maestro. A lo que este respondió: Sí, pero soy un inútil comprando zapatos. ¿Comprendes que cada persona tiene sus asignaturas pendientes? ¿Puedes aceptar que tu “maestro/a” es una persona común, con obsesiones, miedos, enfermedad, ira… que le molestan unas cosas y le apasionan otras? ¿Que le huele el aliento, y suda, y llora, y engorda? ¿Puedes aceptar esto? Es más… ¿puede esa persona aceptar eso de sí misma? Si no puede, tal vez ya no tenga mucho que enseñarte, al menos en el terreno espiritual.
Si esa persona a la que tú colocas en un pedestal acepta este puesto, ya está indicándote su necesidad de reconocimiento. ¿Ves, acaso, necesidad de reconocimiento en una flor, o en un perro o en una nube? No. La Naturaleza es perfecta, libre y mucho más sabia que los hombres que habitamos la Tierra. La vida es tu maestra. Un pobre que pide en la puerta del metro con paciencia infinita, un enfermo que acepta el dolor sin ira, un pastor de pueblo que ama a su rebaño, … una persona honesta es un maestro.
Como pupilo, alumno, mentorado o discípulo, tú debes escoger: ¿de quién puedo aprender? Y aun más, ¿qué puedo aprender? Pues no todo el mundo te enseñará lecciones hermosas, pero son lecciones al fin y al cabo. Piensa mentalmente qué necesitas aprender y observa. Tu actitud expectante deseando superar, integrar y comprender algo propicia la aparición de la persona y el hecho adecuados. Esta es la base energética de la conocida máxima “cuando el alumno está preparado aparece el maestro”.
¿Ves lo que quiero decir?
No te fíes de cualquiera que se titula y se ofrece a sí mismo como “experto” en algo, pues en la Tierra hacen falta más compañeros y menos superiores. Busca con el corazón las personas y experiencias perfectas para tu aprendizaje, pues, por la Ley de la Atracción de la energía que todos somos, aquello que llega a tu vida está en la vibración o punto de conciencia más cercano a ti. En otras palabras, si sigues leyendo esto, es que tú y yo somos muy parecidos. Si lo lees hasta el final sólo para criticar, resuenas con mi lado crítico, perfeccionista y puntilloso, que lo tengo y es muy dado a hacer juicios prematuros. Y quien no pudo ni empezar a leer al ver el título, quien jamas llega a mi página o siente rechazo sólo al ver mi foto o mi nombre, está en un punto de conciencia diferente. Ni mejor ni peor, simplemente distinto. Y esto está bien así. Ya conté en mi libro que no pude leer El poder del ahora de Eckhart Tolle en cuatro o cinco años, y ahora yo escribo sobre espiritualidad, ¡a que flipas! Yo también.
Escoge dónde, cuándo y con quien formarte, y por favor, sé libre. Si alguien te insiste o te obliga a algo, ¿de verdad quieres formarte con esa persona-energía? Busca, compara… Tu corazón sabe, de sobra, si has de estar ahí o no. Confía en tu intuición.
Y recuerda siempre no dramatizar demasiado… Tengo alumnos a los que les han cobrado dinerales por hacer un curso. Esto no es algo malo, simplemente, ocurre todos los días. En esos casos les pregunto: ¿aprendiste la lección de vida que este acontecimiento escondía? Esto es lo importante. Luego, aunque gastaras mucho dinero o mucho tiempo, y sientas que te han tomado el pelo, ¡sí que has aprendido! Simplemente, no has aprendido lo que estaba en el temario, sino lecciones morales aún más importantes. Desdramatiza, no es tan grave. Recuerda que cuando alguien se acerca a la Maestría espiritual en la Tierra, empieza a darle todo igual. Este es una prueba de que uno es un maestr@, cuando todo deja de tener demasiada importancia. Espero que entiendas todo esto que digo, si no, pues en otro momento, que hay más días que longanizas. En Luz, siempre.
Buenas tardes Amada.Tuve el placer de asistir al curso que r ealizaste en La Solana el sabado 28 de mayo.Tendría tantas dudas por comentarte…Seguro q t acuerdas de mi.Compré tu libro y creo que fui la última.Además no hace demasiado tiempo.Sentí un vínculo muy especial.Pues bien creo q ya llevo mucho tiempo casi desde niña recibiendo mensajes de luz por medio d intuiciones supongo que como todo el mundo.Tengo una facilidad enorme para captar lo q m rodea…Y mi última experiencia tras la asistencia al curso y meditaciones es la sensación de obtener respuestas claras.Pero son de mi mente?O son de mis seres de luz?Sabes también me hablaron de ti.Es esto posible? Sera mi mente?Senti recibir mi libro de registro cuando nunca me he iniciado en esto.Y lo abrí.Q opinión t merece? Podría ser posible?No se si esta es la forma de ponerme en contacto contigo…Si consideras adecuado responderme te lo agradecería enormemente,aunque fuera para decirme"No…no es asi"o "Si…vas por buen camino pero cuidadito con el ego"Un saludo.