ESCRIBIR SOBRE ESPIRITUALIDAD
ESCRIBIR, UN PLACER DIFÍCIL
La tarea vocacional de crear algo se expone a varias dificultades. La primera, como en cualquier trabajo creativo, la triste realidad de que las musas estén de vacaciones. Suponiendo que reunamos la suficiente paciencia para verlas llegar por lontananza, oliendo ya su perfume de clavo y rosas de Alejandría, deberá la inspiración encontrarnos sobrios, despejados y sentados al ordenador como el más aburrido oficinista gris.
Superado este obstáculo, aparece la siguiente valla: que lo que escribimos tenga sentido y sea, al mismo tiempo, hermoso, inteligible (es decir, que se entienda) y cautivador. Cuando uno es un inconsciente este paso puede saltarse, pero si dejamos que la auto exigencia y el deseo (humano) de no defraudar a los lectores nos abruma, la tensión dificulta el acto creativo de llenar la famosa página en blanco.
Yo ya he llegado a la tercera fase: rezar a los hados para que este segundo libro, aún gestándose en mí, tenga la mayor utilidad de todas. Quiero aportar conciencia a todo aquel que desee ampliar su visión del mundo. Llegados a este punto, me pregunto, como cualquier autor…
Lo que digo, ¿le servirá a la gente?
Lo que escribo, ¿logrará aumentar el bien en este planeta?
¿Sabré hacerlo sin ego?
¿Practicaré todo lo que recibo que ha de ser publicado en este nuevo libro?
¿Compararé a mis dos “hijos” cuando esté aquí?
Soy una canalizadora espiritual y escribo para mostrar la Luz que todos somos. El segundo libro no es la continuación del primero, es totalmente diferente, pues está siendo canalizado para la ocasión.
ELEGIR EL TEMA
Para mí no sería difícil escribir una novela mediocre, cientos de cuentos cortos e incluso algo de poesía. Traigo desde niña gran amor por la palabra y cierta capacidad de unirlas con sentido y belleza. Pero nunca quise publicar nada, hasta ahora. Siento que la información amorosa y sanadora que recibo diariamente de nuestros Profesores, Guías y Maestros Ascendidos, como cualquier otro canal. Lo que hago no es único. Sin embargo, sentí la necesidad de plasmar experiencias reales y mensajes de Amor para mejorar tres cosas. Primero, mejorarme a mí; segundo, mejorarte a ti y a todos los lectores que libremente acceden a mis publicaciones, y tercero, mejorar el planeta que habitamos, pues si hay más de lo bueno, hay menos de lo malo. Matemáticas aplicadas, y egoísmo puro. Si esto mejora, yo mejoro. Y viceversa, si yo mejoro, tú también… y Gaia (la Tierra) también.
De modo que, entre todo lo que se puede escribir sobre la espiritualidad, son temas recurrentes:
quiénes somos, qué somos, hacia dónde vamos, por qué nos pasan las cosas que nos pasan y por qué morimos, entre otros. No soy una erudita de estos campos, pero percibo claramente explicaciones y respuestas a estas y otras preguntas que ayudarme y ayudar a otros. Así que, al igual que en la mayoría de las canalizaciones públicas que hago desde hace unos años, el tema lo escogen Ellos, no yo.
Es más sencillo escribir y vender una novela mala que publicar y tener éxito con un texto espiritual. La razón es que levanta ampollas, crea dudas, genera malestar, y lucha contra el ego que tiene el ser humano. La estructura atacada se vuelve como una víbora con tal de no perder su falsa seguridad. Entonces, hablar de Dios o como tú prefieras llamarlo, hace que muchos huyan de la remota posibilidad de tener que aceptar algún cambio en su rudimentaria forma de pensar. En realidad, si tu fe fuera fuerte nada la quebrantaría. Así que no temas: lee todo lo que quieras, permítete pensar que hay otras formas posibles de espiritualidad y fe, como de religiones y filosofías. ¡Crece! No te asustes. Yo lo escribo, esa es mi tarea, pero no temas, nada puede desmontar tus creencias si estas son firmes o si están basadas en tu propia experiencia, como es mi caso.
Por último, ¿y si fuera mentira que canalizamos? Y si, ¿los Seres de Luz son falsos y nos engañan? Francamente, me la trae al pairo esta opción, que no te discuto que sea razonable. Si los mensajes que recibo, publico e intento practicar no son de Amor, llevadme a la hoguera, como hace un tiempo no tan lejano. Si lo que lees no intenta que seas mejor persona, me retiro. Si quien lee mis canalizaciones no sale con más ganas de amar y respetar (base común a todas las religiones, no entraré en matices), lo dejo ahora mismo. Y si alguien inventara una religión de Amor puro y la cumpliera, tendría en mí su más fiel seguidora.
No temas, si lo que ves resuena en tu corazón y levanta tu amor por los demás, sigue esa senda. Si te genera miedo, venganza, ira o dolor, no sigas por ahí, ya que eso es lo que encontrarás al final de ese camino. Así que, una vez más, mis guías y maestros, igual que los tuyos, desean que todos recordemos que somos Energía experimentando el Amor infinito de Dios (o la Fuente, o lo que sea) y eliminando todos los obstáculos que le hemos puesto a través de la mente, la cultura y los traumas de la vida.
Ahora vuelvo a la tarea del escritor espiritual. A eliminar las prisas y la exigencia, a relajarme y sentir el Amor de los guías que acompañan mi tarea y vocación. Os dejo, y regreso al trabajo diario, duro y hermoso de esperar sentada a las musas del lenguaje de la mano de los mensajeros sagrados, para que ambos terminen de redondear mi segundo libro, mi niño, mi sorpresa.
Deseando presentarlo al mundo, os deseo una vida alegre, coherente, consciente… feliz. Pues vivimos a amar y llevar con cierta elegancia la vida cuando no somos amados.
Y para todos los que se preguntan:
Y para todos los que se preguntan:
– ¿Cuando estará?
Os respondo con realismo:
– Cuando esté.
Te veo pronto, en el Amor.