a
MAESTROS, ¿DE QUÉ?

MAESTROS, ¿DE QUÉ?

SI NO PRACTICAS NO SIRVE

Si estudias algo y no lo practicas, no te servirá.
En el campo del Reiki y de los Registros Akáshicos también es necesaria la práctica. Esta es la razón por la que RECOMIENDO insistentemente hacer los niveles 1, 2 y 3 por separado, dejando tiempo (varios meses como mínimo) entre unos niveles y otros. Unas escuelas te dirán un mes y otras un año. Las más clásicas y puristas, te ofrecerán pasar de nivel cuando el maestro crea que estás preparado para ello. Sé que hay muchas escuelas y muchos maestros, y está bien, pero aunque nosotros no podamos confirmar si has practicado lo adecuado antes de pasar a otro nivel, tú debes ser responsable de haber practicado todo lo aprendido. No se trata de coleccionar diplomas, creo yo, ni de formarse como “maestro” para dar unos cuantos cursos y ganarse un dinerito. Si no eres honesto será cuestión de tiempo que esto salga a la Luz (últimamente, es cuestión de muy poco tiempo descubrir a un estafador).
Hay estilos y tarifas para todos los gustos. Pero te sugiero que no te precipites, que te informes de primera mano de qué es cada una de estas herramientas espirituales, para qué sirven y quién puede utilizarlas. Asimismo, infórmate bien sobre el maestro elegido, valora los contenidos y el estilo del curso, y valora que el precio esté ajustado a la preparación de quién lo da, al contenido y forma del taller y a los precios internacionales recomendados por asociaciones de todo el mundo.
Curiosamente, la mayoría de las webs que ofrecen talleres o terapias de estas disciplinas no ponen sus precios. Yo prefiero informar claramente de los detalles de un seminario conmigo y evitas malos entendidos, misterios innecesarios y manipulación del alumno (como por ejemplo: “para saber el precio del taller inscríbete en nuestra página”).  Cuando visito la web de Fnac, de El Corte Inglés o de Sanitas, los precios son visibles, ¿por qué no hacerlo con la terapia alternativa y la formación espiritual? Creo que, sin querer, favorecemos el ocultismo, la sospecha, la comparación y la mala prensa. Los maestros, los terapeutas o los autónomos no somos competencia. Un maestro debe practicar lo que predica: deberíamos ayudarnos, protegernos, derivar a nuestros alumnos a otras escuelas si sentimos que aprenderá más. Cuando veo abusos, manipulaciones o mentiras, confieso que se me escapa la crítica. Me es difícil frenar mis pensamientos cuando observo cómo alguien con un diploma en lo que sea desvirtúa la belleza y utilidad ilimitada de hermosas técnicas espirituales. ¿Qué estamos enseñando a nuestros alumnos, si nosotros mismos estamos llenos de fallos? ¿Alguien olvidó que todos somos humanos? Un maestro no es superior en nada (ni lo esperes si eres alumno, ni lo creas, si eres maestro). Simplemente, tiene la herramienta para acompañarte a utilizar ciertas técnicas, habilidades y capacidades que tú siempre has tenido por el hecho de proceder de la Fuente.

OJALÁ NO HAYA MAESTROS
Esto significará que no los necesitas, que has recordado que eres Luz y que puedes mantener alta tu vibración, perdonarte, comunicarte con tus Guías o tu Yo Superior (o con la Fuente) cuando y como quieras.
Cuando la Humanidad sea un ejemplo de amor, de empatía y respeto… cuando veamos a una pulguita como un ser en evolución, lo mismo que tú… cuando podamos vivir sin comer animales y hablar con el Alma de las cosas… cuando estemos presentes aquí y ahora… no harán falta Maestros de nada. Y este es mi deseo sincero.
De momento, impartimos talleres, hacemos terapia, escribimos libros y creamos asociaciones, y todo esto es un paso necesario hacia la Luz que pronto se restablecerá en la Tierra (bueno, pronto, pronto, no sé, pero lo veremos… cuando sea).
Deseo que te formes correctamente en Reiki o en Registros Akáshicos si te ha llegado el momento, y que no te formes, si aún no ha llegado ese día. Pero recuerda que tu “maestro” debe serlo para siempre. Como dice una amiga mía, también Maestra de Reiki:
“Puede que tú dejes de ser mi alumno, pero yo siempre seré tu Maestra”.
Con todo mi amor, mucha Luz en tu camino.

UN TALLER, ¿PARA QUÉ?

UN TALLER, ¿PARA QUÉ?

Hay personas que conectan fácilmente con su parte espiritual, de modo que no necesitan que nadie venga a enseñarles cómo hacerlo. Esto es maravilloso.
Pero la mayoría de nosotros ni siquiera sabe que tenemos “ayudantes” que no están en un cuerpo físico, pero que están deseando colaborar para que logremos el plan del Alma que teníamos antes de venir aquí.
Para todas esas personas interesadas en crecer personalmente, en mejorar su vida y la de los demás, hay conferencias, talleres, cursos, libros y vídeos que pretenden ayudarte.

He sido alumna de diferentes tipos de formación y con muchas clases de profesores, formadores y maestros, por lo que sé, por propia experiencia, que es fundamental elegir bien. Cada formación y cada persona que la imparte tiene unas cualidades y unos defectos, y tu corazón sabrá indicarte si ese curso, maestro, lugar y momento se adecúan a ti. Siente con tu propio corazón si eso que ves “te llama”; valora si vas a utilizarlo en tu vida, y si no, no gastes tu dinero, tu tiempo ni tu energía.

Mi consejo como Maestra de Registros y de Reiki, o como canalizadora, es que consultes con la persona (o el centro, o la academia, o con quien debas) todas las dudas que tengas que aclarar. En vez de ir a ciegas, mira a ver si te convence lo que te ofrecen en un curso y observa la sensación que tienes. ¿Te sientes bien? ¿Notas buena “vibra”? ¿Precibes que “debes” ir? Las señales te indican el camino si sabes observar. Pero tu parte terrenal, más lineal, necesitará los datos concretos sobre una inversión de tiempo y dinero. En ese caso, te sugiero de nuevo:consulta, investiga y compara cuanto necesites.

Estoy cansada de escuchar cosas sobre otros maestros. Mirad, bellas Almas, cada uno lo hace lo mejor que sabe, así que dejemos de criticar a los demás y sintamos: ¿esto es para mí? Y ya está.
Si sientes que puede ayudarte, perfecto. Si no, encontrarás la persona, método y mentalidad acordes a tu vibración, a tus ideas y a tu evolución más adelante.
Así que, con todo mi amor, disfruta cada momento, y fíate de ti, pues Ellos, tus Guías y Maestros te hablan constantemente en tu corazón… (no creo que te envíen un whattsapp, pero… todo puede ocurrir…). Atiende a las señales y ¡disfruta tus elecciones! Mucha Luz para ti.

SOBRE MAESTROS Y ALUMNOS

SOBRE MAESTROS Y ALUMNOS

Cuando alguien se define como un “maestro espiritual”, empezamos mal.

Una cosa es tener una preparación y recibir ese “título” debido a que enseñamos a otros, y otra cosa es la presentación grandilocuente y rodeada de ego de aquellos que se definen a sí mismos como maestros. Por un lado, alguien que se ha formado y ha experimentado el campo en el que es más experto que tú, puede enseñarte mucho, como un profesor a un alumno. En ese caso, hablamos de maestros de Reiki, por ejemplo. En mi opinión, esto es correcto.


Pero como afirma el canalizado Kryon, “los Maestros no existen”. Me refiero a que nadie puede jactarse de enseñarte algo en el terreno espiritual, pues si presume de ello, ¿cómo va a ser un maestro? La maestría en algo se logra con la práctica, ojo, no con el tiempo. Al igual que un duelo se supera con la aceptación, no con el paso de los días. ¿Se entiende? Creo que sí.

Si un maestro o una maestra es alguien que te enseña cosas que no sabías (o que habías olvidado), entonces te diré que una flor del campo es una gran maestra. Un pequeño caracol te enseña cosas que tú no sabes, o has olvidado. Un gato, aunque tenga quince días de vida, te enseña lecciones que desconoces (o no recuerdas). Deseo que este blog, además de exigir muchas horas de mi tiempo y paliar mi adicción a escribir, me permita ayudarte a ti a avanzar, así que, por favor, haz esta tarea: Mira a tu alrededor y haz la lista de las personas, animales o plantas que te enseñan algo. Las rosas me enseñaron la paciencia;  los girasoles, la individualidad. Las perras preñadas me enseñan el amor incondicional; los pájaros del campo, la confianza absoluta. Como verás, ninguno de ellos está titulado ni mucho menos federado en nada, pues un alma evolucionada no requiere titulación alguna. ¿Quiénes te enseñan a vivir? Esos son tus mejores profesores.
Por otro lado, cuando estás ante un maestro de Reiki, de Registros, de Yoga, Ayurveda, Acupuntura, Meditación… esperas que sea poco menos que perfecto. ¡Esto es horrible! Si aún no lo has comprobado no tardarás en comprender que es un humano exactamente igual que tú, simplemente, tiene más conocimientos o más experiencia en un terreno determinado. 
Recuerdo una breve anécdota de un discípulo que pidió a su maestro que lo acompañara a comprar zapatos, a lo que este se negó. Y el discípulo, insistiendo, le dijo: Ven conmigo, tú eres un gran maestro. A lo que este respondió: Sí, pero soy un inútil comprando zapatos. ¿Comprendes que cada persona tiene sus asignaturas pendientes? ¿Puedes aceptar que tu “maestro/a” es una persona común, con obsesiones, miedos, enfermedad, ira… que le molestan unas cosas y le apasionan otras? ¿Que le huele el aliento, y suda, y llora, y engorda? ¿Puedes aceptar esto? Es más… ¿puede esa persona aceptar eso de sí misma? Si no puede, tal vez ya no tenga mucho que enseñarte, al menos en el terreno espiritual.



Si esa persona a la que tú colocas en un pedestal acepta este puesto, ya está indicándote su necesidad de reconocimiento. ¿Ves, acaso, necesidad de reconocimiento en una flor, o en un perro o en una nube? No. La Naturaleza es perfecta, libre y mucho más sabia que los hombres que habitamos la Tierra. La vida es tu maestra. Un pobre que pide en la puerta del metro con paciencia infinita, un enfermo que acepta el dolor sin ira, un pastor de pueblo que ama a su rebaño, … una persona honesta es un maestro.

Como pupilo, alumno, mentorado o discípulo, tú debes escoger: ¿de quién puedo aprender? Y aun más, ¿qué puedo aprender? Pues no todo el mundo te enseñará lecciones hermosas, pero son lecciones al fin y al cabo. Piensa mentalmente qué necesitas aprender y observa. Tu actitud expectante deseando superar, integrar y comprender algo propicia la aparición de la persona y el hecho adecuados. Esta es la base energética de la conocida máxima “cuando el alumno está preparado aparece el maestro”.

¿Ves lo que quiero decir?

No te fíes de cualquiera que se titula y se ofrece a sí mismo como “experto” en algo, pues en la Tierra hacen falta más compañeros y menos superiores. Busca con el corazón las personas y experiencias perfectas para tu aprendizaje, pues, por la Ley de la Atracción de la energía que todos somos, aquello que llega a tu vida está en la vibración o punto de conciencia más cercano a ti. En otras palabras, si sigues leyendo esto, es que tú y yo somos muy parecidos. Si lo lees hasta el final sólo para criticar, resuenas con mi lado crítico, perfeccionista y puntilloso, que lo tengo y es muy dado a hacer juicios prematuros. Y quien no pudo ni empezar a leer al ver el título, quien jamas llega a mi página o siente rechazo sólo al ver mi foto o mi nombre, está en un punto de conciencia diferente. Ni mejor ni peor, simplemente distinto. Y esto está bien así. Ya conté en mi libro que no pude leer El poder del ahora de Eckhart Tolle en cuatro o cinco años, y ahora yo escribo sobre espiritualidad, ¡a que flipas! Yo también.

Escoge dónde, cuándo y con quien formarte, y por favor, sé libre. Si alguien te insiste o te obliga a algo, ¿de verdad quieres formarte con esa persona-energía? Busca, compara… Tu corazón sabe, de sobra, si has de estar ahí o no. Confía en tu intuición.

Y recuerda siempre no dramatizar demasiado… Tengo alumnos a los que les han cobrado dinerales por hacer un curso. Esto no es algo malo, simplemente, ocurre todos los días. En esos casos les pregunto: ¿aprendiste la lección de vida que este acontecimiento escondía? Esto es lo importante. Luego, aunque gastaras mucho dinero o mucho tiempo, y sientas que te han tomado el pelo, ¡sí que has aprendido! Simplemente, no has aprendido lo que estaba en el temario, sino lecciones morales aún más importantes. Desdramatiza, no es tan grave. Recuerda que cuando alguien se acerca a la Maestría espiritual en la Tierra, empieza a darle todo igual. Este es una prueba de que uno es un maestr@, cuando todo deja de tener demasiada importancia. Espero que entiendas todo esto que digo, si no, pues en otro momento, que hay más días que longanizas. En Luz, siempre.

¿PARA QUÉ FORMARSE?

¿PARA QUÉ FORMARSE?

Los talleres, seminarios, workshop o como los llamemos, son experiencias guiadas por un instructor que enseña a un grupo cómo utilizar una herramienta. Cuando alguien me pregunta si debe formarse, siempre le remito a su propio corazón. Tu intuición es mucho más lista que yo y sabe si te conviene realizar un curso o taller, sabe cuándo es el mejor momento para ti y quien es la persona más adecuada para ello.

Siempre que imparto un Taller, ya sea de Reiki, de Registros Akáshicos o de Conexión con la propia Luz, lo hago desde mi deseo más sincero y profundo de ayudar a las personas en su vida. Deseo, de corazón, que cada uno podáis resolver vuestros problemas sin depender de terapias ni de terapeutas, y por supuesto, sin creer en más maestro que vuestra propia conciencia. Mis talleres van enfocados a que cada persona pueda acceder a sus propia sanación (Cursos de Reiki) o a sus propios Guías y Maestros (Cursos de Registros y de Conexión con tu Luz). Y esto es posible ahora. Sin embargo, si tú ya percibes tu voz interior y otras presencias o entidades, ¿por qué habrías de formarte?

Mucha gente me dice:
“Mira, Amada, yo tengo muy desarrollada la intuición desde niño” o “Yo percibo otras realidades y escucho la voz de mi conciencia hace mucho tiempo, no necesito formarme”. Y así es. Hay personas que no necesitan “estudiar” porque saben acceder a su propia Luz. Sin embargo,  la formación aporta herramientas extra para trabajar más profundamente en un entorno seguro.

En un Taller yo siempre imparto una parte teórica que explica y aclara conceptos. En la teoría expongo el origen o la historia de ese campo, ya sea Reiki, Registros Akáshicos, canalizaciones, etc. También aclaro los conceptos más importantes para poder utilizar las técnicas. Explico cada ejercicio y detallo cómo hacer las prácticas. Se trata de mostrar al alumno un protocolo que incluye, al menos, limpieza energética, protección, acceso y conexión con el área correspondiente.

La parte práctica la realizan los alumnos individualmente y también en parejas o grupos, según cada taller. Yo estoy presente en cada práctica y señalo las cosas que os permiten conectar mejor con la Energía.
En síntesis, formarte te aporta un marco de seguridad de que estás utilizando bien una técnica energética y de que no puedes sufrir ni causar daño alguno. Un taller bien estructurado te aporta confianza en ti y te da las herramientas necesarias para avanzar a tu ritmo en ese campo en concreto.

NIVELES

Los seminarios o talleres se dividen en niveles para que el alumno pueda integrar lo aprendido y practicar lo suficiente antes de acudir a un nivel superior. Mi experiencia me indica que se obtienen mejores resultados cuando cada alumno practica y obtiene seguridad en sí mismo antes de seguir avanzando. Formarse en el campo de la Energía no es una carrera de velocidad, así como tu calidad no depende del número de diplomas obtenidos. Tú has de escoger un/a maestro/a acorde a ti, cualificado, honesto y disponible una vez acabada tu formación. Después, se trata de creer en ti y practicar. ¿De qué te sirve gastarte un dineral en formarte con alguien muy reconocido si no practicas después? Al igual que en un deporte o en un empleo, la experiencia es la que te permite “ascender”. ¿Por qué piensas que en las artes marciales existen cinturones de colores para indicar el grado del alumno? ¿Pensabas, acaso, que una bailarina de ballet utiliza zapatillas de puntas el primer día?

La formación debe ser útil y realista. No sirve aprender técnicas que requieren meditaciones previas de dos horas (y esto lo sabe cualquiera) pues casi nadie dispone de dos horas para preparar una terapia o una consulta para sí mismo, no digamos ya para otros. No es realista. Como no es realista “venderle” al alumnado que con la formación de un fin de semana podremos curar enfermedades incurables ni resolver conflictos mundiales. Una buena formación sí te enseña cómo mejorar tu vida y la de otros, pero no cambia el mundo, lo diga quien lo diga. Y aunque así fuera, ¿quién eres tú para cambiar a otro u otros? Cualquier maestro que se precie de serlo respetará siempre el libre albedrío de alumnos, clientes y pacientes. Por ello, ninguna terapia ni técnica energética que trabaje al servicio de la Luz manipula a alguien sin su consentimiento. Si algún taller promete esto, consulta de nuevo tu intuición.

Respecto a los precios, el mercado tiene opciones para todos los gustos.
Yo siempre he defendido que cada persona puede poner el precio que considere por su trabajo, pero que debería estar acorde con su formación, experiencia, vibración energética, calidad del taller y espacio donde lo imparte. Pero el alumno decide lo que desea pagar y lo que está valorando cuando paga. Por otra parte, reconozco mi disgusto cuando alguien ofrece algo a precios muy por debajo del mercado porque siempre lo he considerado competencia desleal.

El material que se entrega es importante pero no es lo principal. Cualquiera puede plagiar textos y dosieres de otro profesional, por lo que no debería ser lo más importante en un taller. Si ahora escribo los nombres de los símbolos de Reiki aquí pero no te enseño a utilizarlos, ¿crees que servirán para algo? Por otro lado, ¿qué habilidades te puede mostrar una persona? Sólo aquellas que conoce y utiliza: Nadie puede dar lo que no tiene. Y sobre el estilo, hay formadores muy estructurados, formales, rígidos e inflexibles, mientras que también los hay caóticos, indisciplinados, malos gestores de tiempo y desestructurados. Elige tu estilo, ¡hay para todos los gustos!

¿Cómo saber si elegiste bien?
Si al terminar tu formación sientes que aprendiste algo útil y que, realmente, vas a utilizarlo, es una buena señal. A veces, al hablar con otras personas, observas lo que le falta o le sobra a tu curso. Esto va a ocurrir siempre, pues no todo el mundo aporta lo mismo a pesar de enseñar sobre el mismo tema.
En el peor de los casos, habrás perdido algo de tiempo y algo de dinero, pero habrás aprendido dónde y con quién no quieres volver a coincidir. Esto es, en sí, una gran enseñanza. Fíate de tu intuición y acertarás.
¡Disfruta tu formación!

FEDERACIONES, TÍTULOS Y DEMÁS

La espiritualidad no requiere títulos. Alguien es bueno o no lo es. Una persona tiene un don o no lo tiene. Eso es todo. Pero, ¿cuántos intereses hay detrás de todo esto?
 
Soy Maestra de Reiki desde hace varios años y tengo títulos que me avalan como tal.
Los Maestros que me formaron ya no saben si soy buena persona o no, si soy honesta, si entrego un buen material, si me siento superior a mis alumnos o soy humilde… Algunas federaciones se han creado para sacar dinero a sus socios, pero nadie puede probar que quien paga esa cuota sea mejor persona ni mejor maestro que otros.
 
Los títulos en Reiki o en otras enseñanzas alternativas o espirituales no son la preuba de nada, salvo de que alguien ha asistido a un taller, ha pagado dicha enseñanza y ha hecho las prácticas correspondientes. Pero no prueban nada más. En este mundo enfermo de titulitis los maestros mantenemos la tradición moderna de dar un título a nuestros alumnos. Pero esta costumbre seguramente no era practicada por el Maestro Mikao Usui, redescubridor de Reiki.
 
Por otro lado, cuando imparto mis talleres de Registros Akáshicos, entrego igualmente un diploma que sólo demuestra que la persona asistió a la formación y que se comprete a hacer las prácticas que recomiendo. Pero ni el taller, ni el dossier (que preparo con tanto cariño) ni el título aseguran a la persona poder canalizar información de sus Guías y Maestros. La capacidad de canalizar es un derecho que todos tenemos; tener un título o no tenerlo no varía esta condición, aunque el apoyo y preparación con un maestro sí que resulten necesarios.
 
Lo que quiero aclarar con todo esto es muy sencillo:
 
TÚ YA ERES UN CANAL DE REIKI
TÚ YA ERES UN CANAL DE LUZ
 
La formación y apoyo de un maestro honesto (preparado y formado), cuya presencia no termine al finalizar el seminario, con tarifas ajustadas (a su formación, a la realidad actual, al lugar donde imparte sus cursos, al material que entrega…) y con una espiritualidad real en su vida cotidiana sí es algo que debes exigir como alumno.
 
Ante la posibilidad de hacer un seminario de formación con alguien nocompares sólo  precios, lugar y fechas. No se trata de la imagen que emite esa persona o del poder que crees que tiene, ya que esto no puede “entregarse” al alumno. Examina sencillamente:
 
¿Qué puede aportarme esta persona?
¿Qué más puedo aprender, aparte de la pura teoría?
¿En qué mi vida se enriquece al formarme con este/a maestro/a?
¿Creo en su honestidad?
¿Vibro o resueno con lo que esta persona emite?
 
Estas y otras preguntas te llevarán a encontrar el seminario adecuado para formarte en tu camino espiritual. Un Maestro es una persona normal que vive su vida como una continua enseñanza: ¿veo esto en la persona a la que considero mi maestro/a?