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COMIENZA EL CAMBIO CUANDO ESTÁS HARTA (O HARTO)

Amada Selina

Amada Selina es maestra en Registros Akáshicos, canalizadora espiritual y escritora. Se licenció en Periodismo y posteriormente se formó en Sexología, Mediación Familiar y en varias terapias complementarias. Actualmente imparte cursos de formación, conferencias canalizadas y publica libros de temática espiritual.
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Faithfullness, de Akiane Kramarik 

Este mes de junio ha estado muy revuelto. Ya sea por la Onda Schumann, o por la alineación de los planetas, o por lo que sea, todo está patas arriba. ¿Qué podemos hacer ante este tipo de etapas? Podemos excusarnos y echar balones fuera buscando una causa científica, o una razón mágica, que explique que estamos todos más agresivos
(o más deprimidos, o más enfermos…),

pero este comportamiento infantil no resuelve el problema. Está bien conocer las razones de algo, pero no siempre sirve. También podemos echarnos a dormir hasta que se pase esta fase. Esta solución, ya sea lograda con meditación, con “dormidina” o por agotamiento en el gimnasio, evita atravesar la situación metiéndose bajo las sábanas. Luchar contra estas fases y negarse a ver lo evidente, es tan recomendable como darse cabezazos contra una pared afirmando que no existe tal muro. Y la opción de la queja continua, que es la que yo he probado estos meses atrás, tampoco ha cambiado en nada la realidad: junio ha estado revuelto, con mi queja y sin ella.


Así que me he hartado de escucharme a mí misma protestar contra lo que no me gusta. Me he cansado de escuchar noticias dramáticas que solo generan tristeza, ira, e incluso odio contra otros seres humanos, mis hermanos. Se cambia por aburrimiento o porque se está harto de algo, y yo he llegado a ese punto que me obliga a cambiar, así que, me niego a seguir enfadada con la realidad que no me gusta. Confieso que no sé cómo hacerlo, pero tengo la seguridad de que la humanidad no está sola en esta experiencia llamada “vida terrenal”, así que, una vez más, he pedido a los de Arriba su ayuda sin medida, y les he dicho:

– “Señores de Luz, Miguel, el Arcángel,… O Axel, el niño del libro, o el Maestro del Amor… ¿quién puede ayudarme a lograr pasar esta etapa tan rara?” Todos ellos y muchos más que no reconozco se colocaron frente a mi, en una nebulosa de los colores del arcoiris, pero con un toque nacarado. Este gran grupo de Luz se mostró accesible y desearon realizar mi deseo de obtener ayuda. Eran muchos, así que el Maestro del Amor se adelantó dejando atrás el grupo de Seres de Luz que estaban conmigo, y me dijo:

Te invito a estar centrada en este momento único. Te sugiero que permitas que la vida pase a tu alrededor sin juzgarla ni mirarla como humana, sino como si fueras el Padre que todo lo comprende, que todo lo sabe. Observa cómo cada criatura hace lo que puede por sobrevivir en esta dimensión terrenal (material). Y ahora, permite que ocurra. Deja que suceda todo lo que ocurre, como el agua que baja de un río hasta el mar de modo inevitable. ¿No te sientes mejor?


Probé. Lo hice porque me lo dijo este Maestro, no porque pensara que funcionara tan básica instrucción. No creía que no lo hubiera intentado lo suficiente a lo largo de mi vida, pero la realidad es que no, no lo había intentado con la suficiente fuerza (o la suficiente fe), pero creo que esta “técnica” funciona. Me resistía a pensar que era tan sencillo como centrarme, de verdad, en lo positivo. Aceptar la vida como es, intentando no mirar el fallo de las cosas, pues las cosas son como son. ¿Por qué habría de ser un fallo o un error eso que a mí no me gusta? Tal vez el fallo está en quien lo mira (en este caso, en mí). 
Lectores, no podemos estar enfadados con una realidad dolorosa, cruel o injusta, así que o la aceptamos como causante de dolor y rabia, o la aceptamos como es, y la rabia y el sufrimiento no podrán convivir en nosotros. Esta es la teoría. La práctica es igual, pero aplicada. La práctica no es “pensarlo” sino “mirarlo”, realmente… HACERLO de una vez. Así que, me harté, y voy a hacerlo, ahora mismo. 

Voy a dejar de quejarme, de culparme, de criticarme… Voy a dejar de exigirme tanto. Si no me da tiempo a publicar más cosas, pues no me da. Si no sé editar un vídeo, pues no sé. Si llevo seis horas para hacer la tabla de Excell que Hacienda me exige cada trimestre, pues las llevo. Así que, he puesto un poco de compasión en mi vida, conmigo y con los demás, con la vida en general. Ahora, ¡a ver si me dura!

3 Comentarios

  1. Unknown

    Gracias Amada me ayudas mucho, no imaginas cuanto, besos y abrazos desde México !!!

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  2. Deliamomo

    Gracias,gracias,gracias.Lo acabo de leer,7 meses después,y me doy cuenta de que vale para cualquier fecha. Es lo que necesitaba recordar,justo ahora. Es que realmente somos niños pequeños intentando aprender,una y otra vez,dejándonos llevar por las emociones,las relaciones,la intensidad de la vida y, de pronto…no sabemos cómo nos hemos podido caer otra vez y,encima nos cuesta recordar cómo lo hicimos para levantarnos la última vez. Qué bueno volver a sentir que estamos siempre asistidos y que somos amados sin condiciones. Gracias infinitas por el mensaje.Todo mi amor.Delia.

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  3. Ana María

    GRACIAS! GRACIAS! GRACIAS AMADA SELINA!!!!!!!!! ABRAZOS DE LUX desde Buenos Aires! NAMASTE!

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