por Amada Selina | 6 \06\Europe/Madrid julio \06\Europe/Madrid 2016 | consulta, sesión, terapeuta, Terapia
Llevo casi 10 años haciendo terapia y he vivido muchas experiencias diferentes, pero sigue asombrándome la cantidad de derechos que creen tener los pacientes o clientes de terapias alternativas. He confirmado con otros terapeutas, reikistas, masajistas, maestros de Reiki o lectores de Registros Akáshicos que son muy habituales estos casos:
Mi caso es urgente, el de los demás no.
Tienes que atenderme, contestarme o ayudarme cuando te lo pido, porque estoy muy mal.
¿Me das cita el sábado? ¿El domingo? ¿A las 14 h., que es cuando yo puedo?
¿Durante tus vacaciones? Pero, ¿por qué no?
Vaya, no traje dinero. No llevo tarjeta. Bueno, tenía 50 euros pero me he comprado un bolso.
Oye, que no llego a tiempo a la cita (media hora antes de la cita)
¿Cuáles son las diferencias entre los terapeutas alternativos y un médico, un fontanero u otro profesional (o servicio)?. Empezaré por la primera creencia.
1.- Tu caso es urgente, lo entiendo. Pero los profesionales (de cualquier ramo) tenemos un librito muy bonito llamado agenda que nos permite trabajar con respeto al tiempo de cada persona. Me pregunto cómo te sentirías si tu peluquero, dentista, ginecólogo o reformista te llamaran y te dijeran: “Oye, perdona, me llamó otra persona que tiene una urgencia y a ti te paso a la próxima semana”.
¿Qué te parece? Pues en nuestras terapias esto ocurre cada semana.
¿Sería justo que otra persona tomara tu cita y a ti te retrasaran por la razón que sea? Eso se llama preferencia si lo hace el terapeuta, pero se llama manipulación si lo hace el cliente.
Por otra parte, cuando te ocurre una urgencia, ¿dónde llamas? A Urgencias, ¿no? ¿O crees que tu psicólogo o masajista pueden atenderte a las 3 de la mañana?
2.- Ya sé que estás muy mal, si no, no pedirías una consulta. Y ya sé lo mal que se pasa, por experiencia. Pero puedo asegurarte que nadie se muere y que, sin duda alguna, podrás esperar tu turno. ¿Cuánto hace que estás mal? ¿Y cuánto hace que conoces estas terapias? Y ahora que tú te decides a tener una consulta, el terapeuta debe mover su agenda por ti tratando sin ningún respeto a la gente que va antes (que también lo está pasando muy mal). O quitando tiempo de su propio tiempo libre (o de descanso, o familiar, o de vacaciones), ¿en serio crees que es así?
3.- Me entristece confirmar que cuando he hecho la excepción de dar una cita un sábado, incluso un domingo o un festivo, y a veces, a horas realmente intempestivas, el 95% de las veces la persona me ha plantado. No exagero. No miento. Al contrario, me duele tener que sacar esta estadística cuando alguien me pide que le atienda en mis vacaciones, o la hora de mi comida, o… porque esa persona tan exigente para su cita, normalmente, ni acude ni avisa para anular la cita con tiempo. ¿Sorprendente? Sólo las tres primeras veces.
Me pregunto si vuestro ginecólogo atiende el domingo, porque el mío no. Entonces, ¿cómo sacaste tiempo para ir? Si para esa consulta, o para el Notario, o para la reunión del cole puedes sacar tiempo, ¿no puedes adaptarte a alguna de las casi 10 horas diarias que te proponemos en terapia? Aparte de la opción online…
En mi caso concreto, las personas que me han plantado una sesión con unas horas y por razones como “se me olvidó la cita” o “me surgió un compromiso”, no han vuelto a pedir cita. Me pregunto si realmente querían tener una consulta. Y si no la querían, ¿por qué reservar una hora?
4.- Lo de ir sin dinero a un profesional es el acabose. Me pregunto si tu dentista admite eso de “ya te lo pagaré”. Todos podemos equivocarnos de monedero, de bolso… todos podemos llevar menos dinero del que pensábamos, pero cuando no lo adviertes al principio, estás abusando de la bondad (o falta de asertividad) del otro. Te aprovechas de que la mayoría de las sesiones se pagan al terminar. ¿No te parece insultante que tu empresa no te pague la nómina? Pues tu consulta es mi nómina, así que, por favor, cualquier cuestión económica adviértela a priori al profesional.
Por otro lado, lo de “el cajero no me da dinero, la tarjeta no va y no llevo efectivo” puede ocurrirle a cualquiera, pero el profesional también puede decirte “entiendo… pues cuando tengas el pago de tu sesión vuelves”. ¿Por qué alguien se siente ofendido cuando le pedimos nuestros honorarios? A nadie le ofende la cajera del super cuando le dice “son cincuenta y cinco con veinte”, ¿has observado que no se pone ni colorada? Y si no tienes 55,20 €, tu compra se queda allí, ¿te ha pasado alguna vez?
Algunas sesiones se pagan con antelación para que el terapeuta esté totalmente concentrado en el trabajo a realizar. Si no te gusta este sistema no lo aceptes, ve a otro sitio, pero si aceptas esto, ¿por qué luego te molesta cumplirlo? Cualquier profesional que se precie puede devolver el dinero al cliente si no puede trabajar, no te lo devuelve si a ti no te gusta el trabajo, que es distinto. Puede devolverte el dinero si quiere, pero no está obligado, porque tú has consumido igualmente el tiempo de una sesión. Por ejemplo, si un producto o un objeto están mal, el establecimiento debe devolverte el dinero, pero si tú cambias de opinión, no tiene obligación de hacerlo.
FAVOR POR FAVOR
Cuando realmente hay un caso que no puede adaptarse a la estructura habitual, los terapuetas podemos “hacer una excepción”: pedir a otro cliente que cambie su cita si no le importa o adaptarnos de otra manera a ese caso. Pero sigue siendo UN FAVOR PERSONAL, es decir, no tenemos obligación alguna de hacer nuestro trabajo a tu manera, ¿me explico?
Terapeuta y paciente no son amigos: no es una relación de amistad, porque si no quedaríamos en un bar y nos contaríamos mutuamente los problemas. Es una relación de crecimiento, donde una persona acude a otra más formada y experimentada para ser ayudada. Por eso se realiza en una consulta, tiene una hora de comienzo y otra de finalización, y por eso se paga. A un amigo no le pagas, a un Coach/Psicólogo/Masajista/Terapeuta Floral/Reikista/Medium, etc. sí le pagas por lo que sabe hacer y tú no. Por lo tanto, todo lo que exceda del tiempo de tu cita no es exigible, sino un regalo opcional.
Cuando un cliente nos facilita el trabajo es maravilloso, pero tampoco tiene obligación.
El único deber de un cliente o paciente de terapia es el compromiso. Compromiso con la cita y con el pago de honorarios. Si el cliente no quiere hacer ningún trabajo por sí mismo, no está obligado.
Un caso claro es el de los ejercicios de rehabilitación. Cuando me formé como osteópata aprendí los ejercicios que debemos recomendar en consulta según el caso. Ese mismo día aprendí también que casi el 100% de los paciente no los hace, y volverán a la siguiente cita exactamente igual. Pero no podemos obligar a nadie.
Respecto a la puntualidad… hay de todo. Si llegas tarde el terapeuta no está obligado a tratarte más allá de tu hora, porque está retrasando a las personas que van detrás de ti (o sus compromisos personales). Hay profesionales que sí admiten ese retraso y te dan la sesión completa (afectando a los que vienen detrás de ti a su hora). Sin embargo, otros te atienden hasta la hora prevista de finalización de tu consulta, y algunos se niegan a atenderte si realmente no diera tiempo a hacer una sesión completa. Cada persona trabaja como le parece mejor, todo es válido, y tú tienes derecho a saber cómo gestiona el tiempo tu terapeuta, pero no a exigirle que lo haga a tu manera (o como lo hace Fulanito).
Si es el profesional el que se equivoca, se retrasa o te anula sin margen, debería compensar este hecho de algún modo, pero no todo el mundo lo hace.
Otro caso es el de la “comisión”. ¿Sabes que hay personas que pagan comisión? La comisión es un porcentaje porque le lleves gente a ese profesional. Es una buena idea, pero en el caso de un profesional de verdad, no es necesario. Si te gusta cómo trabaja y le envías gente, será porque te parece bueno. Si no, no pasa nada. Pero si cobras por ello… ¿seguro que es honesta tu recomendación?
DESCUENTOS Y BONOS
En el caso de los masajes se suelen hacer “bonos” que exigen el pago a priori y abaratan el precio de cada consulta. No todo el mundo tiene bonos porque no es una obligación. Tú decides la frecuencia, pero tú no decides las tarifas de un masajista, terapeuta, formador, psicólogo, maestro… como no le pones los honorarios al pintor o no pones el precio al solomillo. Simplemente, lo aceptas o no.
A veces la persona realmente no va bien de dinero, como muchos terapeutas, ¿se entiende?. Todos pagamos las cosas, así que, de nuevo, el profesional de la terapia no tiene la obligación de hacer su trabajo gratis ni de rebajar sus emolumentos. Si lo hace con una persona, ¿no será injusto con el resto?
Las sesiones de terapias manuales, psicológicas, energéticas o espirituales van de 0 euros a todo lo que alguien esté dispuesto a pagar, como en el resto de áreas. Por otra parte, las terapias ayudan pero ¿son un bien de “primera necesidad”? No. ¿Son muy buenas, convenientes, pero ¿imprescindibles? La terapia es opcional. Como viajar, las joyas, el cine, cenar fuera… Yo cuando no tengo, no voy.
He comprobado que cuando he regalado tiempo, asesoramiento, Flores de Bach, Masaje, Reiki o una pregunta al Registro, no ha tenido grandes efectos en la persona. ¿La razón? Que lo que no se paga no se valora. Hay excepciones, por supuesto, pero la mayoría de las veces, rebajar o regalar me hace sentirme una idiota porque espero que la persona realmente aproveche mi “detalle” y no es así.
A veces nadie valora simplemente que leas un correo o un whats muy largo, ¿sabes cuántas personas tiene un terapeuta profesional en su agenda? ¿Sabes las horas que nos llevaría atender en nuestro tiempo libre las peticiones de cientos de personas? Por favor, que nadie se enfade cuando no contestamos un correo, un mensjae o un whatsapp en varios días. De hecho, muchos terapeutas no responden ninguna consulta fuera del tiempo de sesión. Una vez más, se trata de un favor, no es una obligación.
Te contaré que en varias ocasiones, tras firmar 40 libros, cada uno con su canalización, se me acerca alguien con una bella sonrisa y me pregunta sin más: “¿Podrías decirme algo para mí de parte de mis ángeles?”. ¡Acabo de hacerlo! Ha hablado de parte de vuestros Guías durante más de hora y media, y te he firmado tu ejemplar sin escatimar un segundo ni una palabra de consejo, pero ¿quieres una consulta privada en ese momento? ¿En serio esto ocurre? – te veo escéptico. Pues ocurre. Incluso aunque sean las doce de la noche hay gente que me pide una consulta privada ¡en ese momento! Esto es mi pueblo es un abuso, y si digo “no” soy tachada de borde. ¿Qué te parece?
TUS DERECHOS
¡Claro que tienes derechos!
Tú tienes derecho a ser correctamente informado del tipo de terapia, de la formación del terapeuta y de la estructura (espacio, sesiones, tarifas y modo de pago) del trabajo. Asimismo, tienes derecho a que nadie cree falsas expectativas, y a ser derivado a otra terapia o profesional si lo que has escogido no es para ti.
Tienes derecho al respeto del profesional a tus ideas y creencias, a tu estado emocional, a tus actos en tu vida privada. Tienes derecho a la confidencialidad, a la honestidad y a que el profesional siempre te dé lo mejor que conozca para tu caso. Tienes derecho a pedir aclaraciones, a entender tu proceso, a escoger qué asuntos deseas trabajar y a anular tu cita con tiempo de sobra. Si anulas tu consulta con menos de 24 horas de margen o no te presentas, deberías abonar igualmente la consulta no disfrutada si no se trata de una causa de “fuerza mayor”, ¿me explico? La hora que tú tienes reservada tu terapeuta la pierde cuando no asistes y no le avisas con un día, como mínimo. ¿Esto es tan dificil de comprender?
Y puedes ser compensado en caso de error, indisposición o anulación por parte del terapeuta (si no es por “fuerza mayor”).
CODIGO DEONTOLÓGICO
No hay un código ético para cada profesión, pero bastaría con aplicar la ética de mínimos de “no hagas lo que no quieras que te hagan”. O llamando al sentido común (a ver si viene), bastaría lo siguiente:
Ser profesional (estar cualificado para eso que uno hace)
Ser honesto (ser una persona honrada)
Ser firme (la “terapia endeble” no funciona)
Ser humilde (hacer lo que uno sabe y derivar el resto)
Ser justo (dar al cliente lo que realmente le ayuda, respetar el orden, el precio acordado y el tiempo)
Ser verdadero (estar centrado, listo para la sesión. Si no, es mejor anularla)
Ser cortés (la terapia es dura, a veces no gusta, así que por lo menos, que no duela innecesariamente).
Deseo que disfrutes cada día de tu vida y, que si decides acudir a un profesional, sepas tus derechos y deberes para que el resultado sea realmente bueno para ambos.
MUY IMPORTANTE: asegúrate de que este profesional está en el lado de la Luz (ya me entiendes).
Infórmate bien del trabajo de la terapia o el contenido y temario de un taller. Recuerda que es un trabajo de dos personas, como el Amor.